Anna llevaba sin pensar un día y medio.
Sand ya se empezaba a preocupar.
-Piensa, Anna.
-Así que Alessandro ¿Eh?
Sand suspiró con todas sus fuerzas, desquiciado.
-¿Otra vez¿ Sí, soy Alessandro. Jugábamos de pequeños- afirmó.
-Jugabas conmigo de pequeños- le corrigió Anna.
Sand sonrió.
-Eso suena peor de lo que es.
-¡Me tirabas los balones a la cara!
-¡Porque tú te reías!
Anna calló unos segundos, pensando como decirlo.
-Porque tú eras mi ídolo- farfulló con vergüenza.
Sand sonrió, un poquito.
-¿Y ahora?
-Ahora eres un idiota.
-Sin duda.
-Con gracia.
¿Con gracia?
-Que tienes gracia en ser un idiota. Se te da bien...
-Es que todos hacemos algo bien.
-Yo hago todo bien.
-Sí, hasta recibir pelotazos en la cara.
Anna ignoró el comentario.
Anna ignoró el comentario.
-Pero me salvaste. Tenías como dieciséis años y me salvaste.
-¿Eso me hace un idiota?
-No, eso te hace un héroe. Te hace un idiota que me volviste a dejar...Y que me tirabas balones a la cabeza cuando tenía diez años.
Jajajaj me ha encantado, me ha hecho reir :'D
ResponderEliminarjajaja gracias!! ;)
ResponderEliminar