No me gustan las cartas de amor. No es una carta de amor. Es una carta de verdad.
Querida Sarah:
Sí, te habría besado.
Cuando viniste a mí y me pediste ayuda por lo de John, sí. Te habría besado.
Y no lo habría hecho porque te quiero, de veras. No lo hubiera hecho porque tú me quieras. No lo hubiera hecho por necesidad, ni porque quisiera enseñarle a ese tal John quién manda.
Te habría besado porque era el momento perfecto. Porque estabas débil, y yo era fuerte, porque no entendías y yo sí.
Porque ibas con unos vaqueros cortos y me encantan tus piernas y porque cuando lloras y estás de mala leche estás mucho más apetecible. Te habría besado porque a veces me miras como si quisieras, porque a veces vienes a mi habitación y te limitas a dormir a mi lado. Lo habría hecho, porque tarde o temprano habría pasado, y porque el tiempo hay que aprovecharlo.
Lo habría hecho porque todo lo que he vivido contigo no lo viviré nunca más con nadie, porque no hay nadie más con quien vivirlo.
Lo habría hecho aunque hubiera más gente en el mundo.
Y lo habría hecho, sobre todo, porque soy un puto humano, y cuando te miro, veo la oportunidad de aprovecharme de una diosa.
Pero no lo hice. Punto.
Pero no lo hice. Punto.
Con cariño.
Logan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario