domingo, 30 de septiembre de 2012

Tu mano.

Maybe I'm your Mr. Right, maybe I'm the wrong you like. Maybe this is sad but true. You could be the best of mi when I'm the worst for you.

-Tienes cara de tonto.
-Bueno... yo quería pedirte... un favor.
-¿Un favor? Dime que te parece el vestido antes.
-Eres espectacular.
Soph se ríe, y yo intento sonreír, pero me pueden los nervios.
-Pero yo pregunto por el vestido.
-Casi tan bonito como tú.
Sonrío, esta vez con más convicción.
-Empalagoso.
-¿Puedo pedirte el favor?
Se mira al espejo y sonríe y luego me regala su atención. 
-Dime.
Me sonríe y yo no puedo evitar sonreír, aunque tan poco que dudo que lo perciba.
-Yo... quería pedirte...- me arrodillo y parece que se empieza a dar cuenta, porque se le ilumina la mirada. Busco el anillo en mi bolsillo. Estuve ahorrando casi tres meses para comprarle el que más pensé que le gustaría, que no fue muy barato, pero mereció la pena visto lo visto.- Bueno, sé que mereces lo mejor y yo no soy ni la mitad de eso, por eso no me he atrevido a pedírtelo antes... Pero sería un honor, bueno, más que eso, sería... no... no se me ocurre nada, pero me haría el hombre más feliz del mundo que te casaras conmigo.
Un rato de silencio. Empieza a llorar y yo, que ya me había hecho ilusiones me desvanezco. Agacho la mirada y voy a pedirle perdón porque el tiempo pasa y no ha dicho nada. Siento como pasan los segundos, ya han pasado diez. Se agacha y me besa y eso me impide decir nada y con su frente apoyada en mi frente y sus manos en mis orejas me susurra que sí. Primero una vez. Luego empieza a repetirlo y pienso que esa palabra es la más bonita del mundo.


viernes, 21 de septiembre de 2012

.

Llevo mucho tiempo intentando buscar de mí algo bueno y siempre me topo conmigo misma. Llevo mucho tiempo buscando algo en lo que destacar y siempre me encuentro con la gente. Al principio pensé que era yo un despojo humano y más tarde que era por la ignorancia de las personas.
Pero llegaron los problemas que trae la sociedad y poco a poco perdí la confianza en mí, y en las personas. Y ahora que ya ha pasado todo, ¿Qué me han hecho? Un huracán se llevado de mí lo único que me quedaba.

13

Vosotras, almas sin dolor ni sentimientos, que no sois dignas de llamaros así, vosotras que buscáis mis horrores con preguntas afiladas no vais a conseguir nada, porque yo soy 13, y nunca nadie me podrá cambiar. Si una vez cometí el error de ser humana, ahora ya no. Ahora soy el Error de la Humanidad. Soy lo peor de la bondad y lo mejor de la maldad y bajo ningún concepto voy dejar que el mundo olvide quién soy y qué hago

sábado, 8 de septiembre de 2012

Ironía.

Realmente, nadie se interesa por mí.
Pueden preocuparse, e incluso apoyarme, pero lo que yo quiero es que se interesen por mí.
Entonces me doy cuenta de que cuando muera mi ausencia dejará de notarse tarde o temprano y poco a poco me olvidarán.
Por eso me pregunto: ¿Para qué vivir?
No hay que vivir para impresionar, hay que vivir para joder. Eso es lo que todos quieren en realidad y admitirlo es lo mejor que podemos hacer. Porque los que impresionan mueren y caen en el olvido, los que joden quedan para siempre en la memoria de todos.
Lástima que la mayoría estemos hechos para cumplir las reglas.

BARBA

¿POR QUÉ TODOS LOS HOMBRES DESDE QUE CUMPLEN LOS VIENTE Y HASTA QUE LLEGAN A LOS CUARENTA SE QUIEREN DEJAR BARBA? ¡QUE LO ADMITAN!: LES QUEDA FATAL.

viernes, 7 de septiembre de 2012

7.00 AM.

7.00 AM.
Una luz mortecina de primera hora entra por la ventana translucida y estrecha de un segundo piso. Apenas llega a colarse por el oscuro patio al que da la habitación en penumbra, pero esa luz es suficiente para que Claudia observe detenidamente cada milímetro del cuerpo desnudo y moreno de Travis.
Está dormido y Claudia apenas puede evitar la tentación de despertarlo. Travis tiene cara de tormento hasta en sueños. Pobre Travis. En pocos años se convirtió en un asesino y cada muerto que carga a la espalda le atormenta segundo tras segundo.
Claudia no le consuela, ¿para qué? Claudia se limita a soportarle, que no es poco.
El chico cambia de posición entre las suaves y frías sábanas y  parpadea antes de abrir los ojos por completo.
Se miran como si pensasen lo mismo, pero ambos saben que la única que está pensando es Claudia, así que no hablan, casi ni respiran.
Que baje Dios y lo vea, porque el cielo es un momento y un lugar.

Peor

No sé qué se me da bien. Sé qué se me da mal. Se me da mal consolar a la gente. Porque, admitámoslo, por mucho que lo intentemos con palabras, jamás lo conseguiremos sin la experiencia.
Se me dan mal tantas cosas que no sé por donde empezar. Porque, realmente, igual que mejor, se puede ser peor, y es más fácil. Pero lo más divertido de todo es que jamás seré la mejor, porque todo el mundo quiere y puede ser mejor que todos en todo, sin embargo, nadie quiere ser el peor. Por eso seré la peor. 

101.

Me acabo de dar cuenta de que llevo cien entradas. Ésta es la 101.
Y que bonito número, el 101, atrapado en la sombra de uno de los más importantes de la historia, el cien. 
Nadie nombra al 101. Nadie.
Así que a partir de ahora éste es el nombre de mi blog: 101.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Culpas y guerras.

Tengo la culpa, el mayor de los tesoros. Nadie puede quitármela y esta vez es solamente mía. 

Miramos por última vez nuestros ojos, los míos llorosos, y los tuyos arrepentidos. Sin embargo no dijiste nada, sólo me miraste durante unos segundos y supe que por mucho arrepentimiento que tuvieras, jamás te quedarías, por nada del mundo.
Hasta ese momento creí que no tenía esperanzas. Las tenía. Las había tenido y no lo había querido reconocer. Entonces recordé la sensación que tenía cuando todo empezó y parecía que no era nada. Y sin embargo allí estábamos, despidiéndonos de nosotros mismos. Tú hacia la vida de una niña de ojos negros, yo hacia mi propia muerte. Aunque tú pensabas que no moriría, no sabías que mi decisión había sido otra. De haberlo sabido no te habrías ido.
Esperé a que te marcharas y cuando supe que ya no podrías volver, susurré (aunque en ese momento hubiera preferido gritar) lo que me había estado guardando hasta entonces: un adiós definitivo.
Después cogí mi mochila, que llevaba armas en lugar de ropa, miré de reojo el tren que marchaba hacia el este, y me planteé en silencio la opción de huir hacia mi salvación. Pero como respuesta, mi camino hacia la salvación partió con un sonido estrepitoso y me quedé sola en el andén.
Pasaron dos horas hasta que llegara el tren con destino al sur. Con destino a la guerra. Subí con una mezcla de miedo y valor y me despedí de la única ciudad donde había sido feliz.


sábado, 1 de septiembre de 2012

Días uno de septiembre

Aaacchiiioo. Que depresión me he cogido cuando he ido a ver cuantos seguidores tengo (pensando que tenía tres, y que probablemente habrían aumentado) y me he encontrado con dos. Y uno de ellos es mi amiga Almu, que es mi amiga y no cuenta. Además son las dos y veinte (mierda, son ya las dos y veinte) Y todavía no he hecho absolutamente nada productivo. Tal vez es porque hoy es un día depresivo (uno de septiembre), y yo estoy en contra de los días unos de septiembre, porque son depresivos.
Además me veo en la tentación de ir a comer chocolate, pero me salen granos, y no estoy por la labor de tener granos (como no me sigue casi nadie, lo cuento, total, el único seguidor que tengo seguro que no me lee).Así que, como verás, Almu, este blog es tuyo, y siempre lo será, porque da igual la gente que me vaya a seguir de ahora en adelante (el número asciende a cero, no te vayas a creer), tú eres la única que realmente lo apreciará.
Ahora es uno de esos días que parece que estoy de resaca y no lo estoy. Así que lo dicho, es un día uno de septiembre.
Es una buena forma de designar a los días depres, ¿o no?

Historia de amor con distinto final feliz.

Primero lo intentas todo. Luego un día te cansas y es entonces cuando te das cuenta de que no había merecido la pena. De que hagas lo que hagas no vas a conseguir nada. Entras en un circulo vicioso, en el cual tú te dices a ti mismo que no importa, y realmente un día deja de importarte y ya no hay vuelta atrás. Y después de mucho tiempo pensando que no había ninguna posibilidad, cuando ya estás en paz contigo y con ella, te paras a mirarlo con perspectiva y te das cuenta de que, de haber seguido, sí hubiera habido una oportunidad.
En ese momento tú mundo se cae encima y te das cuenta de que en un rincón de tu cabeza, una mínima parte de ti se había escondido para seguir preocupándose por eso. Esa parte comienza a crecer y pronto te ves rodeado de culpa y pena, pero ya es demasiado tarde, y ya no hay nada que hacer.
Cuando por fin has asumido que era tu culpa pero que ya no hay nada que puedas hacer, te topas con ella y todo aflora de nuevo. Te das cuenta de que asumir y superar no son lo mismo, pero después de una mirada, te das cuenta de que ella te perdonó hace mucho, y entonces sí que sí, lo superas, y puedes respirar tranquilo. Y sabes que aunque ya no hay esperanzas de recuperarla a ella, ya no la hechas tanto de menos, y puedes seguir con tu vida.