En ese momento tú mundo se cae encima y te das cuenta de que en un rincón de tu cabeza, una mínima parte de ti se había escondido para seguir preocupándose por eso. Esa parte comienza a crecer y pronto te ves rodeado de culpa y pena, pero ya es demasiado tarde, y ya no hay nada que hacer.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Historia de amor con distinto final feliz.
Primero lo intentas todo. Luego un día te cansas y es entonces cuando te das cuenta de que no había merecido la pena. De que hagas lo que hagas no vas a conseguir nada. Entras en un circulo vicioso, en el cual tú te dices a ti mismo que no importa, y realmente un día deja de importarte y ya no hay vuelta atrás. Y después de mucho tiempo pensando que no había ninguna posibilidad, cuando ya estás en paz contigo y con ella, te paras a mirarlo con perspectiva y te das cuenta de que, de haber seguido, sí hubiera habido una oportunidad.
En ese momento tú mundo se cae encima y te das cuenta de que en un rincón de tu cabeza, una mínima parte de ti se había escondido para seguir preocupándose por eso. Esa parte comienza a crecer y pronto te ves rodeado de culpa y pena, pero ya es demasiado tarde, y ya no hay nada que hacer.
Cuando por fin has asumido que era tu culpa pero que ya no hay nada que puedas hacer, te topas con ella y todo aflora de nuevo. Te das cuenta de que asumir y superar no son lo mismo, pero después de una mirada, te das cuenta de que ella te perdonó hace mucho, y entonces sí que sí, lo superas, y puedes respirar tranquilo. Y sabes que aunque ya no hay esperanzas de recuperarla a ella, ya no la hechas tanto de menos, y puedes seguir con tu vida.
En ese momento tú mundo se cae encima y te das cuenta de que en un rincón de tu cabeza, una mínima parte de ti se había escondido para seguir preocupándose por eso. Esa parte comienza a crecer y pronto te ves rodeado de culpa y pena, pero ya es demasiado tarde, y ya no hay nada que hacer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario