viernes, 23 de noviembre de 2012

El juicio de Trece.

Me dejé llevar por las sombras que inundan el mundo en el que vivimos. Invaden todo aquello que todavía se salva, todavía vive y lo matan. Las sombras que oscurecen las cabezas de los que todavía piensan la mayoría de las personas decidió dejar de pensar cuando se dieron cuenta así que sí, admito que soy culpable de todo lo que me acusa la sociedad, pero sólo lo fui durante un pequeño periodo de tiempo, con grandes, gigantes consecuencias. Y ahora que estoy aquí sentada, bajo las miradas de odio de todos aquellos que no saben lo que sentí, lo que pensé ni lo que me llevó a hacer lo que hice, sé que merezco castigo, mas no el suyo. No merezco su juicio, pues jamás yo les juzgué y todos cayeron donde yo caí. Todos callaron cuando yo callé, todos bailaron en el fango y rompieron a llorar bajo la lluvia de rodillas, humillados. Y yo, que no soy excepción, que cometí un error como ellos otros muchos cometieron, no merezco, definitivamente, su absolución, igual que ellos no merecen la mía. No necesito de su comprensión, pero tampoco se la daré cuando ellos sí la necesiten.

 XIII

sábado, 17 de noviembre de 2012

Nuevo blog

Voy a hacer otro blog, sí, otro.
Eso no significa que vaya a dejar de escribir en este, ni mucho menos. Bueno, os dejo el enlace al nuevo, que se llama Vetusta

viernes, 16 de noviembre de 2012

Culpas y guerras

Volví en mí y aunque no era algo que hubiera deseado, me levanté, cogí mi pistola y me puse a cubierto justo en el momento en el que una bala se estrellaba contra el suelo en el que yacía apenas medio segundo antes. Miré a mi alrededor, buscando entre la pólvora y la confusión algo que me pudiera soportar, ya que yo misma no me mantenía en pie. Encontré lo que se encuentra si buscas luz sin ojos. Nada. Mis piernas cedieron antes de que yo pudiera llorar por mi vida, o por mi muerte. O por nada, porque no tenía nada por lo que llorar.
Había dado mi vida en un arrebato de valentía y odio infantiles. Había dado mi hombre en un... ni siquiera tenía excusa. Podría haber ido con él, o haberle esperado en la ciudad, pero le mentí y me fui a luchar por una causa que tiempo ha me he dado cuenta de que no era la mía.
Y así cursaban mis últimos segundos de lucidez, antes de sumergirme en "mi nueva vida".
Así cursaban hasta que una mano agarró la mía.
Desperté en una enfermería, había a mi alrededor muchísimos enfermos. La imagen me quitó el aliento, pero fui consciente de mí misma, de mi vida.
¿Alguna vez has tenido una certeza? Yo tuve: volver a la ciudad.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Los cuentos de hadas no tienen príncipes para todas las princesas.

Lo rompimos todo esa noche. Blancanieves y el Príncipe Azul de la Bella Durmiente. Verás, querido, Blancanieves nunca supo que su príncipe era infeliz con la chica que duerme. Aún así esa noche hicieron estallar la habitación. 
Ella decía que probablemente huirían pronto y él la acariciaba mientras tanto, rezando por poder huir.
Si hubiéramos huido aquella noche, o cualquier otra, el fracaso habría sido estrepitoso.

sábado, 10 de noviembre de 2012

I will revive(?).

Admitámoslo, Carlota y Yo.
He muerto literariamente hablando.
HE MUERTO.
Pero tranquila, People: resucitaré.

Lucy and The Beatles

Hay una canción de los Beatles que me hace pensar, no sé por qué, en una vida gris y triste al principio, y por obra y magia de la música, de pronto me siento en el cielo con diamantes.
Pero el estribillo apenas dura unos segundos, y vuelvo a esa vida monótona. Poco a poco despierto de la pesadilla y vuelve el estribillo.
Siempre me han gustado los cambios, aunque sean a mal. Es signo de que el tiempo existe, pasa y nos arrastra a todos. Y sí, les tengo miedo, pero son inevitables, y en el fondo, necesarios.






No soy especial, soy especialista.

Público y personal

Es curioso, pero tengo la seguridad de que ya no va a volver. Los primeros meses me sentí culpable por no hacer nada, luego actué, le busqué, removí tierra cielo y mar hasta quedarme exhausta y como estaba. Entonces simplemente pensé que no habría buscado bien, y me escudé en la lógica de que volvería porque me lo había prometido. 
Pero ahora ya está claro: no vuelve ni de coña.
La muerte está por encima de cualquier promesa.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Perros fieles y mordedores

No entiendo por qué últimamente no tengo sueños. Me meto en la cama, cierro los ojos y no me puedo imaginar otro mundo, donde yo saldría con James, o tal vez con Javi, o con el chico rubio que me saludó por error en el tren. Da igual, porque cierro los ojos y solamente me entra sueño. Y cuando escucho música me siento incluso más vacía  que sin ella. Y da igual, porque empiezo a caminar y solamente tengo ganas de llegar a mi destino.
Tal vez sea porque todo me va bien, porque no tengo nada claro o porque simplemente me da pereza sentir. El caso es que el otro día me fumé un recuerdo, sentada frente a mi ventana, a las diez y cuarto de la noche. Y no reaccioné, porque no me vino a la mente la sensación.
Sólo siento cosas malas.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Firmado: Judas

Bicho, eres mi bicho.

-Eh, tú, ¿tienes fuego?
Michelle se dio la vuelta tan rápido como pudo. Pero la voz que creyó escuchar no era la que tanto anhelaba.
-La última vez que vi fuego, ardió en llamas mi dormitorio.
-Eso suena sugerente... y peligroso.
Michelle sonrió.
-No te aconsejo que te acerques tanto, soy más peligrosa que sugerente.
-Lo sé. Yo vi como le prendías fuego a tu cama.

Y eso, Michelle, debería darte una pista sobre quién soy. Firmado: Judas.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Hakuna Matata

Live and let die.












Bien, yo... Yo he pensado demasiado en los demás. He pensado demasiado, y pensar demasiado es mi maldición. 
Creía que no había forma de librarme y me he dado cuenta de que sí. Sí hay una manera y se llama "Hacer las cosas solos". 
Cuando necesites ayuda, habrá ayuda, sólo preocúpate de ofrecer la tuya.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Que lloren los perdedores

Estoy harta de equivocarme, caerme y corregir todos y cada uno de mis errores una y otra y otra vez. De no aceptar que no valgo para nada, que aquí solamente sobreviven unos cuantos y que yo no estoy entre ellos. Estoy harta de desgastarme y perderme a cada segundo. De separarme de mi cabeza y de mis talentos naturales, de restregarme contra el suelo y herirme. Estoy harta de no poder explicar que me estoy matando poco a poco y que sin embargo sigo viva cada día, levantándome a las seis menos diez con dolor de cabeza y falta de ganas. Estoy harta, hartísima de que nadie sepa ver lo que yo veo delante de nuestras narices. Estoy cansada de la gente que sólo piensa en sí misma y tengo miedo de ser como ellos. Me siento sola, abandonada y rota. Pero a pesar de todo sigo adelante ¿No es eso de fuertes o valientes? Porque yo sólo me siento como una niña cobarde y quejumbrosa.
Así que la gente puede intentar animarme, y yo le daré la razón, porque no tengo motivos para escribir cosas así, pero por mucho que me consuelen y me intenten abrir los ojos seguiré en mis trece, porque no puedo evitar sentir lo que siento. No puedo evitar sentirme muerta.