Bicho, eres mi bicho.
-Eh, tú, ¿tienes fuego?
Michelle se dio la vuelta tan rápido como pudo. Pero la voz que creyó escuchar no era la que tanto anhelaba.
-La última vez que vi fuego, ardió en llamas mi dormitorio.
-Eso suena sugerente... y peligroso.
Michelle sonrió.
-No te aconsejo que te acerques tanto, soy más peligrosa que sugerente.
-Lo sé. Yo vi como le prendías fuego a tu cama.
Y eso, Michelle, debería darte una pista sobre quién soy. Firmado: Judas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario