Al principio se dedicó a gritar. Luego a mirar por la ventana, pero al final, dejó de esperar.
¿Nunca has leído El Principito, Logan? Yo soy la flor, y tienes que cuidarme. No te vayas que me marchito. Sólo tengo unos putos pinchos. De esos que no hacen nada. Has abandonado tu mundo, pequeño Principito, y a mí con él.
Y lo peor es, que, como siempre, me di cuenta de todo cuando te fuiste.
Soy como la rosa, Logan, soy vanidosa, y me creo la mejor, y en realidad cuando me quedo sola, soy frágil.
Vuelve.
Ya me he cansado de rezar a un Dios que nos abandonó hace mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario