domingo, 26 de febrero de 2012

Yo, el Rey

Magia se creyó muchas cosas. Firmó con Yo, el Rey, y jugó a Polis y Cacos con pistolas de verdad.
A veces se cae de la cama, y ha tenido pesadillas. Y siempre odió a su madrastra.
-¿Pero como va a saber esa de la vida, si sólo hace cosas de mayores? Mayores, mayores y mayores. Y yo me paso el día trabajando en el cole.
Pero esa niña no era una niña.
Jamás nadie esperó de ella tanta madurez.
-Pero ahora tengo que centrarme en mí misma, y ser yo. Es lo que toca, aún soy una niña.
Y su gato la miraba con anhelo ¿Qué quería ese maldito físico?
Magia ponía acentos en su nombre. Sin por qué, sin reglas.


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