sábado, 4 de febrero de 2012

De chistes y sonrisas están hechos los buenos.

De siempre y para siempre, habría gente que me quisiera. A veces, gente que me odiara. Una sola vez, estaría realmente sola.
De eso me di cuenta cuando pensé que ya no tenía a nadie. Salieron todos como las setas a contagiarme su ánimo, sus ganas de sonreír, de gritar y de llorar todos juntos.
-Así no, cari, así no se puede.
-Cállate, tonta, lo mío no es sonreír porque sí.
-¡Pero si es que no te gusta ninguna de mis razones!
-Porque no es gracioso que cuentes chistes malos.
Se muere de risa.
-Depende. El de el inglés, el francés, el chino y el español...
-Malísimo.
Sonrío.
-Ajá, lo he conseguido.
-¡Arg! Te odio ¿No podré estar depre ni un sólo instante?
-Cariño, este es mi super poder.
-Pues entonces yo soy tu supervillana.
-Esos siempre pierden.
Pues ya está, eso me basta.

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