miércoles, 28 de marzo de 2012

¡POR FIN!

Cojo mi vestido, y mi mono, y mi falda... Todo me queda demasiado bien. A partir de hoy.
Pasan por delante, muchas veces, mi hermano, mi prima, mi hermana, mi madre, mi padre, mi primo, Guille, y, por primera vez en unos meses (se había ido a Estados Unidos) Chema. También se acercan a observar la perra, queriendo jugar, y la gata, más silenciosa.
Un millón de pintalabios, el rimel, y los polvos en mi cama. Y un montón de ropa.
Suena cursi, pero el sol brilla y de fondo se oyen los pájaros en un diálogo constante con el viento, que a su vez mueve las primeras flores de primavera.
El termómetro marca veinte grados y ¡Ah, se me olvidaba! Suena de fondo una de las pocas canciones de Scarlett Johansson: Relator, que sí, lo admito, contribuye a que todo sea mucho más bonito.
Y me gusta que todo me quede especialmente bien hoy (ayer todo era un asco).
Me he dado cuenta. 
Estaba tocando fondo. Me hundía en la miseria. Me estaba compadeciendo. =S
¿Y cómo voy a comerme el mundo si no paro de llorar mis penas? Mejor mandarlas a la mierda.
Y ahí va la frase que me tiene de tan buen humor:
No se me ve nada, mentirosa de mierda.
¡Hala! Ya está, ya me he desahogado.
Por fin me he dado cuenta de que mi actitud de "Pobre de mí" no era ni mucho menos comprensible.
Y he abierto las ventanas y he ventilado mi mente de una puñetera vez.
Complejos: fuera, fuera, que no os quiero ni ver.
Hola, Carlota. 
Entra volando y vence a la auto compasión.
Después te invito a un té con pastas. =)


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