La gente piensa que no lo sufre por ser pequeña, o porque están los abuelos para cuidarla. Piensas que no se acuerda, que no la echa de menos. Pero Pasto dejó a su hija una quemadura grande y dolorosa. Ella no quiere olvidar a su madre, ni que sea olvidada. Ella no quiere superarlo, si eso significa dejar de recordarla a cada instante. Preferimos que nos duela para siempre, a olvidarlo todo y no sufrir nunca más. Porque por mucho que la abracemos por la noche, nunca será lo mismo que cuando Pasto la abrazaba. Nunca será lo mismo porque jamás nadie la querrá tanto como su madre. Por eso cuando tiene miedo o sueño, cuando se siente sola, o aburrida, siente que le falta algo. Tal vez nunca sabrá qué es, o tal vez se de cuenta siempre, pero eso no hará que se sienta mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario