Me haces sentir tonta e inexistente. Como si sobrara entre nosotros, cuando tú no estarías aquí de no ser por mi. No me das las gracias, no me tratas bien... me sacas de mis casillas.
Pero yo no soy una niña fea y envidiosa con gafas color moco, un metro y medio de alto y dos de ancho, que va por la vida fardando de cosas que no le importan a nadie para llamar la atención a cualquier precio; y tengo principios, tal vez demasiados, pero prefiero tenerlos.
Aquí nadie va a decirme como he de ser. Con ser yo, ya tengo una familia que me aguanta, un tipo que me acosa, un montón de amigos por todo el mundo, las puertas abiertas en Texas, Luxemburgo, Asturias, Sevilla, y un pueblo desconocido del norte de E.E.U.U., y muchas cualidades, muchísimas más que tú. Tú tienes un novio que vive a hora y media y una amiga vanidosa y egocéntrica que sólo te trata bien cuando le interesa, con la que sólo hablas de banalidades sin sentido para creerte mayor.
Ahora, antes de hablarme y cortarme las halas, mira a ver si te compensa tratarme así. Puedo ser mucho peor que tú si me lo propongo. Soy un peligro cuando quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario