jueves, 5 de abril de 2012

La Virgen del Amor.

Salía el la Virgen del Amor, por la noche, con sus nazarenos de negro, con los capirotes hasta el cielo y los cirios en alto alumbrando la noche. Como estrellas.
Hacía frío. Mucho frío.
Sin embargo Magia seguía allí, con los ojos como platos. Y su gato caminaba entre los pies de los acólitos.
La marcha era... solemne y sobrecogedora.
Los costaleros iban a ritmo de tambor. Se oían sus pies a rastras, a duras penas avanzar.
Salían de la enorme catedral de Sevilla, mezclados de olor a incienso y azahar.
Era tan impresionante que Magia no pudo evitar sonreír.

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