Cuando estaba en casa de Eme, Victoria me enseñó a hacer punto. No sabía que fuese tan divertido, pero luego vino una enfermera y me puso una vía en el brazo, porque muchas veces no comía, y hacer punto se convirtió en una de las muchas cosas que tenía que hacer a escondidas. A mi siempre me ha dado igual mi salud, y más ahora que tú estás muerto. Terminé cinco bufandas: una para Alex, otra para Jackson, otra para Dereck, otra para Victoria, y otra para mí.Y dos jerseys. Uno para Eme. Otro para ti. Jackson me juró que lo dejaría en tu tumba, pero la verdad es que aún no he ido a comprobarlo. Me dan miedo los cementerios. A todos les encantaron sus bufandas, y luego me escapé de allí.
Ya sabes que nunca me gustó que se preocuparan por lo que yo no me preocupo.
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