Louver, quiero que sepas que me debes cinco dólares americanos.
Sé que me los cogiste de mi bolso para pedirte una última copa el día antes de tu muerte. Te haré un resumen.
Supiste que la bomba estaba ahí, así que nos mandaste a todos a casa de Eme. Y le prometiste a Ann que volverías. Después cortaste el cable y te largaste tu también. Te dio el tiempo justo, porque la bomba explotó casi a tus espaldas. Llegaste a la base sabiendo que estaría Él. Te encargaste de dispararle. Murió, pero sabías que si lo hacías, morirías tú también. Tenía tu corazón, lo destruyó.
Cuando Ann subió corriendo el ascensor y te vio allí tirado... Bueno, imagínate. Estuvo tres horas abrazándote hasta que se quedó dormida y nos la pudimos llevar.
Sigue sin moverse de casa de Eme. Intentamos ayudarla, pero solamente que tú vuelvas la hará volver a ella.
Así que, tío, esta vez la liaste pero bien.
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