domingo, 23 de diciembre de 2012

Miserables y acabados

Pisábamos las huellas de los que ya habían andado por esos caminos. Huellas que hacía tiempo que  habían empezado a borrarse y sin embargo seguían dándonos una idea de qué queríamos hacer. Queríamos morir. Corrijo. Queríamos morir por nuestras ideas. Sin embargo todavía no éramos conscientes. Éramos conscientes de a dónde íbamos, éramos conscientes de que muchos no volverían, pero no éramos conscientes de qué haríamos nosotros. Haríamos lo imposible. Haríamos lo que debiéramos para sobrevivir. Seríamos monstruos asustados capaces de hacerlo todo por seguir viviendo nuestras miserables y acabadas vidas. 
Había gente en la otra punta del país esperando que volviéramos a casa pronto, y sin embargo, seguíamos aquí y no podíamos hacer absolutamente nada por volver. No volveríamos nunca más. 
Sigo aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario